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Daniel Fernández  

Punto de Vista

María Letona, abanderada del difícil arte de Touzet

By DANIEL FERNANDEZ
El Nuevo Herald

JEFFREY BOAN / AFP / El Nuevo Herald

LA PIANISTA MARIA LETONA.

El desparecido compositor cubano René Touzet habría cumplido ese mismo día --8 de septiembre-- 90 años. ¿Y qué mejor manera de celebrarlo que escuchando su música en las manos de una intérprete extraordinaria como la salvadoreña María Letona? Ella se ha propuesto llevar la música de Touzet a un mayor e internacional reconocimiento.

En el Gusman Concert Hall se habían dado cita gran cantidad de compatriotas de la intérprete y un grupo de cubanos, entre ellos, dos hijas del compositor. Una de ellas, Olivia, habría de expresar públicamente su agradecimiento a Letona.

La música de Touzet es compleja y aunque pueden captarse raíces y homenajes que van de Scarlatti a Debussy y de Rachmaninof al jazz, hay en ella un sabor netamente cubano y un toque personal y distintivo, que una vez escuchado se vuelve fácil de identificar.

Sin embargo, esta riqueza de su paleta musical y sobre todo su sabroso uso de la síncopa cubana y de los ritmos africanos, lo vuelven bien difícil de interpretar. Letona posee no sólo los recursos de una técnica pulcra, sino un auténtico don interpretativo que sin dejar de ser fiel a la música, le permite explorarla, buscándole a veces sus posibilidades más melódicas, y entre la lluvia de notas y acordes ''rachmaninianos'' (en palabras de Olga Díaz) no perder de vista los elementos de una sensibilidad romántica y hasta fuertemente nostálgica.

La primera parte de la noche, desde el evocador Nocturno, hasta la dificilísima y trepidante Sonata romántica mostraron a Letona muy segura técnicamente y a la vez muy entregada desde el punto de vista interpretativo.

La segunda parte de la noche resultó igualmente brillante; aunque la música cambió un tanto. Tocó nueve de las 40 Danzas Cubanas, sin duda el tipo de obra más popular entre la vasta creación de Touzet. Cada una de éstas ostenta un panorama melódico y un juego rítmico diferente, demostrando la gran versatilidad del maestro y de su intérprete. Alegre, por ejemplo, dedicada a su hija Olivia, se acerca a las danzas tradicionales, evoca incluso a Lecuona, mientras que Cascabel es intensamente percutida, y Apasionada, reconstruye el bolero moderno, sólo le falta letra para ser cantado.

Cerró el programa la Fantasía española, donde pudo apreciarse una faceta distinta de Touzet --lo folclórico español-- muy bien entregada por Letona.

Ante la gran ovación de pie, la pianista regaló un encore muy especial, pasó una cinta grabada, donde se le escucha ensayando con el propio Touzet, su obra Danza improntu No. 1. Con este íntimo regalo al público, Letona demostró su autenticidad al revelar sus trabajos iniciales para captar el peculiar efecto de la síncopa cubana. Después de la grabación, al tocar la pieza en vivo, el público pudo apreciar cuán duro ha trabajado la intérprete para lograr su dominio de esta música.

Una pianista como Letona es el mejor homenaje que pudo haber recibido el desaparecido maestro en su 90o aniversario.•